Qué valorar en la definición de un proyecto de sala blanca para el sector farmacéutico
Los criterios a valorar en la definición de un proyecto de sala blanca para el sector farmacéutico son diversos y deben ser
Las Salas Blancas o cleanrooms deben su nombre y utilidad al hecho de tratarse de habitaciones especialmente dispuestas y diseñadas para garantizar la máxima reducción posible de contaminación en su interior. Para ello, cuentan con distintos elementos que permiten controlar el número de partículas existentes por metro cúbico de aire. Pero claro, ¿qué pasa cuando introducimos en su interior una variable tan poco ‘controlable’ como una persona? Ese es el momento en el que contar con una ducha desinfectante se convierte en algo primordial para asegurar la esterilidad de la instalación. En este artículo vamos a centrarnos en conocerlas un poco mejor.
El usuario u operario de la sala blanca, por mucho que cuente con trajes de protección especiales, mascarilla, guantes, etc. y proceda de un espacio delimitado, controlado y relativamente pulcro; provendrá siempre de un ‘entorno gris’ y, por lo tanto, deberá ser desinfectado obligatoriamente antes de acceder a la cleanroom.
Lógicamente, esa desinfección no puede realizarse una vez se encuentre dentro de la sala, en la que bajo ningún concepto podrán introducirse carros de limpieza o paños destinados a la desinfección del ‘visitante’. Por tanto y cual arco de seguridad en el acceso a un aeropuerto, la ducha desinfectante se encargará de garantizar que el usuario acceder a la instalación en condiciones óptimas, que no pongan en riesgo las condiciones de asepsia existentes en su interior.
Aunque podemos encontrar duchas desinfectantes de diferentes tipos, las diseñadas específicamente para su uso como control de acceso a las salas blancas suelen tener un diseño de cabina y funcionamiento tipo esclusa. De este modo, en su interior encontraremos una puerta y zona de acceso ‘gris’ y, una vez desinfectado, una zona y puerta de salida ‘blanca’.
Las puertas de la ducha desinfectante suelen fabricarse de cristal endurecido, mientras que en la producción de la cabina suelen emplearse materiales como el acero inoxidable. En cuanto al sistema de desinfección, podemos encontrarnos con sistemas de aire en los que se limpiará de partículas la cabeza, hombros y ropa del operario mediante el arrastre de partículas y en los que se hace uso de filtros HEPA.
Otro de los sistemas de desinfección más habituales es mediante el uso de agua caliente. En estos casos, la ducha desinfectante deberá contar con un sistema de ventilación en el que además de filtros y ventiladores, también se contará con calefacción eléctrica que garantizará un correcto ciclo de secado una vez finalizada la desinfección. De igual manera, los ciclos de ducha, tiempo de los mismos y la temperatura del agua utilizada deberán ser programables, así como disponer de un sistema de desaguado que facilite la eliminación de las aguas residuales sin comprometer en ningún momento la desinfección del operario ni dar pie a contaminar la zona ‘blanca’ o la instalación posterior.
Ahora que ya conoces un poco mejor qué son las duchas desinfectantes para salas blancas, recuerda que en Labsom somos expertos en el diseño y construcción de este tipo de instalaciones. ¡No dudes en contactar con nosotros si tienes algún tipo de duda o proyecto entre manos!
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