¿Para qué sirven los filtros HEPA?

En los últimos meses, a raíz de inicio de la pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2, los filtros HEPA han saltado a los medios de comunicación y al imaginario colectivo como uno de los elementos más importantes a la hora de purificar el aire mediante el filtrado de agentes infecciosos o contaminantes y, por lo tanto, por su utilidad a la hora de reducir el contagio por COVID-19 en interiores. A continuación, vamos a centrarnos en sus usos a fin de conocerlos un poco mejor.

Los filtros HEPA (acrónimo del inglés High Efficiency Particle Air), están compuestos por una malla de fibras -generalmente de fibra de vidrio y dispuestas al azar- cuyo grosor puede variar entre los 0,5 y 2 μm. Su principal función es el filtrado de aire y evitar la propagación de bacterias y virus, labor en la que cobran especial relevancia factores como el diámetro de las fibras, el grosor del propio filtro o la velocidad de las partículas a filtrar.

Según el estándar europeo, un filtro HEPA certificado ha de ser capar de eliminar al menos el 99,95% de las partículas suspendidas en el flujo de aire que lo atraviese. Aun así y mientras el estándar se sitúa en el 99,97%, los filtros HEPA (H13) son capaces de elevar su eficiencia hasta el 99,99% en la filtración de partículas de 0,3 micras o más. En cualquier caso, no debemos confundirlos con los filtros ULPA, ya que estos últimos son más eficaces, pero también menos habituales.

¿Cómo funcionan los filtros HEPA?

Si partimos de la base de que el 99% de las partículas suspendidas en el aire que respiramos durante una exhalación miden en torno a los 10 μm o menos, estaremos de acuerdo en que los filtros HEPA son perfectamente capaces de eliminar esos aerosoles que pueden ser nocivos para nosotros o para los que nos rodean. Aun así, ¿sabemos cómo llevan a cabo su labor?

Tres son los factores que permiten a los filtros HEPA atrapar las partículas existentes en el flujo de aire que les atraviesa:

  • Intercepción: Las partículas rozan una de las fibras del filtro y se quedan adheridas a ella.
  • Impacto: Al atravesar el filtro las partículas de mayor tamaño no son capaces de evitar las fibras e impactan directamente contra ellas. Este factor se ve incrementado a mayores velocidades del flujo de aire o cuando la separación entre las fibras es menor.
  • Difusión: En flujos de aire lentos, las partículas de tamaños inferiores a los 0,1 μm colisionan con las moléculas de gas, lo que retrasa su paso por el filtro.

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¿Dónde podemos encontrarlos?

Ya antes de la llegada de la COVID-19 a nuestras vidas, los filtros HEPA formaban parte de nuestro día a día. Puede que no hayas caído en la cuenta, pero es más que probable que tu aspiradora de casa cuente con uno de estos filtros en su interior, más aún si se trata de un modelo moderno y de alta gama.

En el caso de los aspiradores domésticos que quieren añadir la función de purificación de aire a la habitual de limpieza de superficies, para que el filtrado sea realmente eficaz, se ha hacer pasar la totalidad del flujo de aire succionado por el filtro, lo que exige una mayor potencia al motor de este pequeño electrodoméstico.

Sin salir de casa, otro pequeño electrodoméstico en el que casi con total seguridad encontraremos un filtro HEPA es el purificador de aire. Estos pequeños y portátiles dispositivos, especialmente recomendados para personas asmáticas, con afecciones respiratorias o alergias; suelen aspirar el aire desde un lateral para expulsarlo hacia el frente. De este modo y si buscamos incrementar su eficiencia en la eliminación de alérgenos y partículas potencialmente nocivas, habremos de ubicarlo en el centro de la habitación o estancia en la que lo queramos usar y, a ser posible, situándolos en puntos elevados para que pase pro el filtro la mayor cantidad posible de aire.

Donde encontraremos los filtros HEPA más similares a los utilizados en las salas blancas es en los aviones comerciales, en los que se utilizan para reducir la propagación de agentes patógenos a través del aire recirculado por el interior de la cabina del avión, que suele renovarse por completo entre 10 y 15 veces por hora, haciendo pasar la totalidad del flujo de aire por el sistema de filtros HEPA del aparato.

Según un estudio del Departamento de Transportes de Estados Unidos, realizado en cerca de un centenar de vuelos seleccionados de forma aleatoria, los niveles de hongos y bacterias en el aire del interior de las cabinas pueden llegar a ser inferiores a los que encontraríamos en cualquier hogar.

Si nos separamos de nuestra vida habitual, también veremos filtros HEPA en otros muchos ámbitos. De este modo, a las ya mencionadas salas blancas se les suman ahora las cabinas de flujo laminar, en cuya construcción cumplen un papel fundamental. Además, también nos los encontraremos en la industria farmacéutica e incluso en la alimenticia, entre otros muchos lugares.

Por lo tanto y aunque de un tiempo a esta parte el filtro HEPA esté jugando un papel muy importante en nuestras vidas, hemos podido comprobar cómo lleva ya mucho tiempo siendo un gran aliado para nuestra salud y la de nuestros allegados.

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