Normativa UNE-EN-1822. Clasificación de los filtros absolutos (EPA, HEPA y ULPA)

El objetivo de la normativa EN-1822 se basa en establecer la clasificación de los filtros absolutos, así como su designación y los criterios de rendimiento para la selección de filtros y los requisitos de prueba de laboratorio.

Aprobado por el CEN (Comité Europeo de Normalización) el 14 de enero de 2019, la nueva Normativa EN-1822 se ocupa de establecer las pruebas de rendimiento de filtros de aire de partículas, como el filtro HEPA, en aquellos campos relacionados con la ventilación y el acondicionamiento del aire, generalmente dependientes de entornos que requieran de determinados procedimientos tecnológicos, como los que tienen que ver con la industria de la salud, al aplicarse sobre los filtros de aire absolutos usados en equipos de protección respiratoria y en equipos de aire acondicionado y tratamiento de aire.

Apoyada por una serie de normas ISO, la nueva normativa recoge también las pruebas de operación de los filtros y las limitaciones de uso, así como los diferentes estándares que se deben cumplir para su correcta categorización, sobre todo en lo relativo a índice de eficiencia y penetración. Asimismo, sustituye a algunas normas de ámbito nacional, como la norma DIN 24184 o la AFNOR 44013.

 

¿Cuáles son los criterios de clasificación para los filtros HEPA, EPA y ULPA que establece la Normativa EN-1822?

La normativa EN-1822 establece la división de tres categorías de filtros, que en este caso se corresponden con las siglas EPA, HEPA y ULPA. Esta clasificación responde al rendimiento de filtración, el cual se basa, a su vez, en la eficiencia de paso y la eficiencia de filtración.

Partiendo de esta premisa, los filtros EPA se enmarcan dentro del grupo E y hacen alusión a los filtros de aire de partículas de alta eficiencia, mientras que los filtros HEPA, que se incluyen en el grupo H, son los filtros de alta eficiencia. Dentro del grupo U nos encontramos con los filtros ULPA y son aquellos destinados a filtrar el aire de partículas de alta eficiencia.

Cada uno de estos grupos (E, H y U) cuentan con subdivisiones que sirven para concretar el rendimiento de determinados tipos de filtros. Así, el grupo E dispone de tres clases de filtros, E10, E11 y E12, cuyo nivel de eficiencia y penetración en valor integral oscila entre el 85 y el 15% de la clase E10 hasta el 99,5 y el 0,5% de la clase E12. El grupo H incluye las clases H13 y H14 y opera con valores integrales de entre el 99,5 y el 0,05% de eficiencia y penetración de la clase más baja hasta el 99,995 y el 0,005 de la más alta.

El último grupo, que cuenta con las clases U15, U16 y U17, ofrece niveles de eficiencia y penetración integral del 9,99995% y 0,0005% de la más baja hasta el 99,999995 y el 0,000005% de la más alta. De acuerdo con la norma EN ISO 29463-5:2018, la clasificación de filtros se establece de la siguiente manera:

 

Tipo de filtroValor integralValor local
 Porcentaje de eficienciaPorcentaje de penetraciónPorcentaje de eficienciaPorcentaje de penetración
E10≥ 85≤ 15  
E11≥ 95≤ 5  
E12≥ 99,5≤ 0,5  
H13≥ 99,95≤ 0,05≥ 99,75≤ 0,25
H14≥ 99,995≤ 0,005≥ 99,975≤ 0,025
U15≥ 99,995≤ 0,0005≥ 99,9975≤ 0,0025
U16≥ 99,9995≤ 0,00005≥ 99,99975≤ 0,00025
U17≥ 99,99995≤ 0,000005≥ 99,9999≤ 0,0001

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Metodologías para la evaluación de la eficiencia y las pérdidas de elementos filtrantes

La normativa EN-1822 no solo fija los criterios de clasificación de las diferentes clases de filtros, también establece las metodologías necesarias para la evaluación de su eficiencia y porcentaje de pérdida. Las directrices se pueden dividir en tres partes o fases: la generación de aerosoles para la realización de estadísticas de recuento, la prueba del medio filtrante, el cálculo de fugas y pérdidas del elemento filtrante y la determinación de la eficacia de separación de este último.

A través de un contador de partículas, se puede llegar a determinar tanto la cantidad como el volumen de las partículas retenidas por el filtro. Para calcular la dimensión de las partículas, se procesan los datos obtenidos por el contador, para lo que se recurre a MPPS, que no es más que un acrónimo de Dimensiones de las Partículas Más Penetrantes.

Para comprobar las pérdidas del medio o elemento filtrante, se recurre a una sonda que se desplaza por toda la superficie y que produce aerosol. Con ello, se obtienen datos del nivel de eficiencia local, los cuales se utilizan posteriormente para calcular el valor integral de eficiencia, puesto que para establecer el nivel de pérdida asociado se recurre a un valor local. Al realizarse con el tamaño de partícula en el mínimo de eficacia de separación del elemento filtrante, se garantiza una estimación certera a la vez que segura.

Por último, para calcular la eficiencia integral, se cuantifica el nivel de pérdida de carga del filtro con un volumen de caudal de aire correspondiente al nominal para determinar mediante el uso de un generador de aerosol la eficiencia de los filtros en función de las dimensiones de las partículas. Este proceso se realiza retirando las partículas del lado que desciende por medio de la sonda para introducirse posteriormente en un contador de partículas. El valor obtenido de este cálculo es el que determina la clasificación en diferentes tipos de filtros y subgrupos.

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