La legalización del cannabis medicinal en España

En los últimos años, los avances en las investigaciones científicas y la rápida difusión de información han favorecido que los organismos gubernamentales de diferentes países reconozcan de manera oficial las propiedades terapéuticas del cannabis. Cada vez existen más medicamentos y productos de cosmética derivados de esta planta, y cada vez son más las farmacéuticas que se animan a producir medicamentos con este componente, que ha resultado ser muy útil en el tratamiento de ciertas enfermedades.

La expansión del uso medicinal del cannabis a nivel global ha despertado la necesidad de contar con nuevas instalaciones diseñadas para la producción de medicamentos elaborados a partir de este compuesto. En la actualidad, en España se debate entre la legalización de su uso medicinal y recreativo. Una práctica que en países de Sudamérica ya está casi normalizada, y que se está extendiendo con rapidez por el resto del continente, incluso llegando a países europeos.

A principios de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) tomó cartas en el asunto y compartió seis recomendaciones relacionadas con el cannabis, lo que provocó su retirada de los tratados de control de drogas de la ONU. Ese mismo año, la ONU reunió a la Comisión de Estupefacientes para debatir la retirada del cannabis como narcótico y, aunque sigue considerándolo perjudicial, reclasificó la marihuana y la eliminó de la lista la Lista IV de la Convención Única de Estupefacientes de 1961, donde figuraba junto a opioides adictivos y letales como la heroína.

Hoy por hoy, cada país tiene su legislación al respecto. Principalmente depende de la finalidad del consumidor, que puede ser recreativa, medicinal o científica. Incumplir esta normativa puede ser sancionable en algunos casos, aunque cada vez son más los países que están retirando ciertas restricciones motivados por las decisiones de la OMS. Aunque incluso para esta organización, su uso con fines no médicos sigue siendo ilegal.

En España concretamente, su consumo es ilegal y sancionable económicamente en cualquier espacio público, pero sí está permitido su cultivo para consumo personal, siempre que lleve a cabo en espacios privados. La posesión de esta sustancia es legal hasta los 100 gramos por persona, y su venta es ilegal en cualquier caso, a excepción de clubes cannábicos con permisos y concesiones especiales.

El pasado octubre, Unidas Podemos presentó ante el Congreso de los Diputados una nueva normativa con la que se pretende despenalizar el cultivo y la posesión de esta sustancia a nivel nacional, dejando de lado su uso medicinal. El objetivo es establecer un sistema de licencias controladas por parte del Estado y las comunidades autónomas que favorezca su cultivo en interiores, siempre y cuando su producción provenga de fuentes de energía renovables producidas por la empresa titular de la licencia.

Además, se pretenden establecer ciertas ventajas fiscales para zonas despobladas que pongan en práctica este cultivo, con el fin de “sacar flote una economía sumergida que se está desarrollando en la clandestinidad y que generaría miles de puestos de trabajo» en la España vaciada. 

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El cannabis como oportunidad de negocio: Ventajas y desventajas de invertir en su uso medicinal y cosmético.

¿Realmente el cultivo de cannabis puede considerarse una oportunidad de negocio? Algunas estimaciones señalan que, solo en Estados Unidos, los beneficios económicos derivados de la producción de esta sustancia podrían llegar a mover hasta 30.000 millones en 2025.

A pesar de que la percepción positiva del cannabis y su legalidad va en aumento, no en todos los países es legal invertir en cannabis. Esta inversión implica un riesgo considerable, no solo por las trabas legales que se puedan encontrar en los diferentes países, sino también porque al tratarse de un mercado tan joven, es difícil predecir su comportamiento.

También es cierto que, a corto plazo, su expansión beneficiará a los primeros inversores de esta industria. Además, el mercado del cannabis medicinal es bastante amplio, incluso sin contar con las aplicaciones medicinales. Existen infinidad de oportunidades de inversión, desde su producción hasta su comercialización directa hacia el consumidor, pasando por industrias secundarias como el té y otros alimentos que tienen como principio activo THC, y productos de cosmética basados en el CBD.

La realidad es que los proyectos de cannabis están al alza, tanto para la elaboración de medicinas por sus propiedades terapéuticas, como para la elaboración de cosméticos por sus propiedades antioxidantes y relajantes, entre otras. Esto representa una gran oportunidad de negocio que se está viendo impulsada por los últimos avances en su investigación y el aumento de países que la están legalizado con fines terapéuticos.

Ante este panorama, las farmacéuticas están siendo cada vez más conscientes de la necesidad de contar con instalaciones adaptadas, como salas blancas diseñadas para el cultivo de cannabis medicinal. Pero la introducción en este mercado no es una tarea sencilla, ya que es fundamental conocer a fondo la industria, que cuenta con una serie de necesidades y requerimientos muy específicos.

Si te decides a invertir en este mercado, antes de poner en marcha proyectos de cannabis medicinal es necesario conocer el conjunto de normas que los fabricantes deben cumplir para garantizar la seguridad y calidad de los productos que elaboran. Estos requisitos están recogidos en los certificados GMP (Good Manufacturing Practices) y GACP (Good Agricultural and Collection Practices).

En Labsom te ayudaremos a hacer realidad tu proyecto y te daremos el soporte necesario en cada fase del proyecto mediante profesionales especialistas de cada área crítica. Te ofrecemos soluciones especializadas, no solo en lo que concierne al diseño, construcción, mantenimiento y limpieza de las salas limpias, sino también en auditoría, consultoría, calibraciones o la formación necesaria para garantizar que tu instalación de cannabis medicinal cumpla con las regulaciones vigentes para superar la evaluación de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps).

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