¿Existe alguna diferencia entre sala blanca y sala limpia?

Aunque no seamos conscientes de ello, una gran cantidad de personas conocemos la existencia de las salas blancas. Son las típicas instalaciones donde todo está pulcro, la gente se descontamina antes de entrar y se ponen mascarillas, guantes y trajes especiales. Sin embargo, también podemos verlas referidas como salas limpias. ¿Cuál es, entonces, la diferencia entre salas blancas y salas limpias?

Hay quienes afirman que la principal distinción entre ambas se encuentra en la pureza del aire o, lo que es lo mismo, en los sistemas de ventilación y filtrado con los que cuentan. Siguiendo esta teoría, las salas blancas determinarían la limpieza del entorno a través de contadores de partículas, mientras que las salas limpias no eliminarían las partículas en suspensión que afectan a la producción.

Estas voces dentro del sector, por tanto, equiparan las salas limpias a las denominadas salas grises, -recintos que cuentan con las mismas características que las salas blancas pero sin un tratamiento de filtrado y purificación del aire-. No obstante, podemos afirmar que en la práctica se usan ambos términos de forma indistinta.

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Pese a las distintas formas de llamarlas, lo cierto es que ambas sirven para controlar los contaminantes del ambiente -especialmente las partículas en suspensión-. La medición de la contaminación del entorno, por tanto, es crucial en las salas blancas –o limpias-. Dependiendo del número de partículas en suspensión por metro cúbico de aire permitidas en cada recinto, estos se subdividen en nueve tipos diferentes. La ley que lo regula es la llamada ISO 14644-1

Otro punto importante que las define es la delimitación de las zonas de trabajo. En estas salas, los procesos de trabajo se llevan a cabo en espacios delimitados previamente de forma arquitectónica para garantizar la limpieza y seguridad, como por ejemplo evitando la acumulación de polvo en las esquinas. En las dos se deben cumplir unas estrictas directivas de limpieza, y tanto los materiales como las personas que entran en ellas están sujetos a estas medidas.

Por tanto, podemos afirmar que no existe ninguna diferencia entre salas blancas y salas limpias, pese a que haya quien considera que las primeras van un paso más allá en la eliminación de los contaminantes y sus instalaciones son más sofisticadas. Por lo único que deben preocuparse las empresas que estén pensando en remodelar sus salas de producción es en informarse sobre los diferentes tipos de salas que existen dentro de la norma ISO 14644-1. A partir de ahí, han de decidir cuál les conviene más para el uso planeado.

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