Características de una sala blanca clase 100

Características de una sala blanca clase 100

La clasificación de las salas blancas se efectúa teniendo en cuenta el tamaño y la cantidad de las partículas presentes en el aire, aunque existen varias normativas al respecto. A veces podemos encontrar referencias dispares como “clase 1000”, “Grado B” o “ISO 6”, por lo que pueden llegar a ser confusas. En este artículo solventaremos todas estas dudas, haciendo especial hincapié en las características de una sala blanca clase 100.

Lo primero que hay que saber es que, en una sala de ambiente controlado, las partículas se miden en micras (el equivalente a la millonésima parte de un metro). Esto implica que dichas partículas son más pequeñas que una célula y solo pueden ser observadas con los microscopios más potentes.

Por ponerlo en perspectiva, un pelo humano puede variar de anchura desde 20 a 180 micras, aunque el tamaño medio son 50-70 micras. Una mota de polvo vista a través de un rayo de sol equivale a unas 50 micras. El polen mide aproximadamente entre 30 y 50 micras. Las bacterias tienen un tamaño de 2 a 10 micras. Una muestra de aire interior corriente podría contener desde 500.000 a un millón de partículas por metro cúbico de aire.

La normativa detrás de una sala blanca clase 100

La normativa US FED-STD-209E (o Federal Standard 209E) nombra las salas como “clase 10” o “clase 10.000”, lo que hace referencia al número de partículas de 0,5 micras o mayores que se permiten por cada pie cúbico de aire, y puede llegar hasta la clase 100.000. Pese a que este sistema continúa siendo ampliamente utilizado, hay que tener en cuenta que fue oficialmente cancelado en 2001 por el Departamento de Comercio de Estados Unidos.

Por otra parte, la norma ISO 14644-1, clasifica las salas entre ISO 1 e ISO 9, dependiendo del número de partículas permitidas por metro cúbico de aire. Por ejemplo, en la clase ISO 2 encontraríamos 4 partículas de 0,5 micras, mientras que en la ISO 8 podría haber hasta 3.500.000.

Teniendo esto en cuenta, la principal característica de una sala blanca clase 100 es que está diseñada para no permitir más de 100 partículas de 0,5 micras por pie cúbico de aire. Es equiparable al ISO 5, cuyas salas cuentan con una concentración de hasta 3.520 partículas de 0,5 micras por metro cúbico de aire.

Esto significa que la sala blanca clase 100 es la primera de las clasificaciones donde no hay partículas mayores a una micra, por lo que suele ser la sala predilecta del sector farmacéutico. Las salas aún más limpias suelen ser requeridas únicamente por la industria electrónica para producir circuitos integrados.

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Características y requerimientos de limpieza

Las características de una sala blanca clase 100 para ser considerada como tal deben ser, principalmente, unos altos estándares de filtración (lo que conduce a una elevada limpieza del ambiente). Estos entornos requieren, por tanto, un excelente sistema de filtración que garantice un flujo unidireccional del aire, lo que supone un gasto de energía mucho mayor que con los sistemas no direccionales.

Para ello, necesitaremos una filtración ULPA  (Ultra Low Penetration Air), que es eficiente en 99.9995% para las 0,12 micras. Dichos filtros de alta eficacia se instalan por todo el techo. El aire baja en sentido unidireccional, a una velocidad entre 0,3 m/s y 0,5 m/s, y sale por el suelo, eliminando la mayor parte de las partículas en suspensión del ambiente. Con ellos, en una sala blanca de clase 100 se producen entre 240 y 360 cambios de aire por hora.

Pese a tener un buen sistema de filtración, si queremos garantizar la ausencia de contaminación necesaria para estas salas, también necesitaremos que el personal de limpieza se vista adecuadamente. Mientras que en las salas menos “limpias” suele ser suficiente con llevar bata, el vestuario más apropiado para una sala blanca clase 100 es el siguiente:

  • Guantes: son recomendables de nitrilo o látex a menos que se lleven a cabo procesos de limpieza con químicos fuertes.
  • Vestimenta: normalmente se emplean monos que cubran el cuerpo entero y cuenten con capucha. Es bueno usarlos en lugar de las batas porque pesan poco y resisten bien el agua y los químicos.
  • Cobertura de zapatos: una opción recomendable en relación calidad-precio es la de polipropileno, ya que ofrece una elevada duración.
  • Mascarillas y protección ocular suelen ser igualmente necesarios.

Una vez repasadas las características de una sala blanca clase 100, que suele ser la empleada mayoritariamente por la industria farmacéutica para elaborar los productos esterilizados, debes preguntarte si esta es la clase de sala más apropiada para tu negocio. Dependiendo del tipo de material con el que trabajes, es posible que necesites una mayor o menor limpieza en tu entorno de trabajo.

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