Bioseguridad en el laboratorio de microbiología

Cuando realizamos cualquier práctica microbiológica en el laboratorio, debemos tener en cuenta los riegos que se corren. Por ello debemos desarrollar una serie de medidas para que agentes biológicos, químicos o físicos no puedan alterar o dañar el medio ambiente o las personas encargadas de manipularlos. La Bioseguridad en el laboratorio de microbiología se basa, por lo tanto, en una serie de normas creadas para la prevención de riesgos.

Para prevenir de forma correcta todos los riesgos que conlleva la actividad en el laboratorio de microbiología, debemos utilizar una serie de componentes básicos llamados Medidas de Protección Primaria. Estas se dividen en función del tipo de su uso. Las primeras de ellas son las Medidas de Protección Individual, formadas por guantes, batas desechables, mascarillas de partículas y gafas protectoras; mientras que las Cabinas de Seguridad Biológica formarían el segundo grupo.

Con las medidas de protección primaria en regla, todo laboratorio de microbiología debe tener en cuenta las Barreras de Seguridad Secundarias. Que no son sino una serie de atributos que aportarán un nivel superior de protección.

Principales barreras de seguridad secundaria

  • Ubicación del laboratorio: Se busca siempre independencia y que no se trate de una zona de tránsito.
  • Acceso restringido: Sólo ha de poder acceder el personal preparado para operar dentro o aquel que cuente con invitación especial.
  • Señalización: la señal de peligro biológico deber ser perfectamente visible, tal y como establece la normativa.
  • Mobiliario: Debe estar adaptado a cambios de temperatura y aguantar la corrosión química.
  • Lavabo: Es obligatorio la existencia de uno dentro del laboratorio.
  • Presión negativa: Es necesario mantener una presión negativa en el laboratorio, por lo que, entre otras cosas, ventanas y puertas deben estar siempre cerradas.

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También hay que tener en cuenta que todo elemento utilizado en el laboratorio tiene a su vez una serie de medidas que gestionan su uso seguro. Como normas generales podemos encontrar que nunca se deben colocar aparatos en zonas de paso, está prohibido el uso de aparatos eléctricos en zonas húmedas o mal aisladas y la obligación de señalizar cualquier equipo que alcance temperaturas elevadas para evitar accidentes.

Todas estas medidas influyen a todos los instrumentos de laboratorio, incluyendo equipos frigoríficos, estufas e incubadoras, centrifugadoras, microondas o autoclaves. De igual manera, es de vital importancia tener siempre estos elementos revisados y limpios antes y después de cada uso.

En cuanto a la higiene, hay una larga serie de directrices que se deben seguir, tales como recogerse el pelo si lo tienes largo, no comer en las instalaciones, siempre tener las manos y prendas limpias y desinfectadas o siempre tener aislada cualquier herida o medio de inoculación directa con el exterior.

Otro punto clave para preservar la bioseguridad en el laboratorio de microbiología, es la creación un plan de acción y unas normas de protección frente a productos químicos. Para ello, lo primero que se debe realizar es una identificación y etiquetado de cada producto químico, de manera que nunca pudiera darse una equivocación o una confusión de materiales durante la ejecución de cualquier práctica.

Además, es necesario disponer de una rigurosa ficha de seguridad, en la que se especifiquen los riesgos que dicho material acarrea para la salud y el ecosistema, unida a un manual de tratamiento dicho componente.

Queda claro, por lo tanto, que la bioseguridad en un laboratorio de microbiología es una práctica rigurosa, un proceso de prevenciones y normas creadas para evitar cualquier riesgo, pero aun así falta un elemento clave que cualquier estrategia de Bioseguridad necesita: un plan de emergencia.

Si surge un imprevisto y las normas anteriormente mencionadas fallan, es necesario contar con una serie de medidas que poner en práctica en situaciones complicadas, tales como riesgos biológicos por salpicaduras o derrames inesperados, ingesta involuntaria o inoculación accidental de material potencialmente peligroso.

Es de vital importancia seguir el conjunto de combinaciones y prácticas microbiológicas especificadas en el documento emitido por el Ministerio de Salud sobre Bioseguridad en Laboratorios de Microbiología y Biomedicina, donde podremos encontrar todo lo necesario en materia de prevención de riesgos, así como todas las recomendaciones orientativas necesarias.

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